Anótemelo En La Cuenta y No Se Preocupe Que Ya Casi Es Quincena Veci.
Que venga con historias bien cargadas.
Que baje el cielo molido hasta el paladar.
Que nos acompañe en todas las estaciones.
Tan fuerte que aniquile la pereza del lunes,
pintado con un poquito de domingo en las tardes,
que yo lo revuelvo y le doy tantas vueltas hasta
que envicie los ojos tal como el Times Square.
Tan puro que se reflejen los edificios altos,
como en los lagos del Central Park,
y así tomarnos la vista a sorbos.
Que al prepararlo suene a oleadas de cafeína,
y nos lleve a recordar el café en ollita de la abuelita.
Veci, ¡Sin azúcar! Por favor,
Aquí lo endulzamos con el sabor del presente.
Eso si… tan caliente que haga salir el sol,
derrita el tiempo y pause la velocidad
en que corre esta ciudad, como si lo calentara
con las antorchas de la Estatua de la Libertad.
Que nos de una sobredosis de cafeína,
hasta elevarnos a la punta del Empire State,
Que al saborearlo nos aleje del tráfico de personas
y nos acompañe a caminar por estas calles de película.
Con tanta espuma, que se nos pinten locos bigotes,
tan locos como esta ciudad,
que aseguro, les va a safar otro tornillo.
No se quejen si se les quema la lengua,
eso significa que el café está en su punto.
Y si al igual que yo, son inmunes a la cafeína,
me permito informar que nadie lo es a New York se van a pedir hasta dos tazas! Les invito el mejor café para llevar.
MARIA CAMILA R.
